Los más importantes son:
Según el ambiente donde se forman:
Volcánicas o extrusivas: son las que se forman cuando el magma cristaliza sobre la superficie terrestre.
Plutónicas o intrusivas: se forman a partir de la cristalización del magma en profundidad.
Según la textura que presenten:
Se entiende por textura el aspecto general de la roca en función del tamaño, la forma y el ordenamiento de sus minerales. La textura está directamente relacionada con la velocidad a la cual se enfría el magma. De esta manera, las rocas ígneas pueden presentar las siguientes texturas:
Textura afanítica: los minerales son tan pequeños que no pueden ser distinguidos a simple vista. Es indicativa de un enfriamiento rápido del magma, lo cual ocurre en la superficie terrestre. Es característica, por lo tanto, de las rocas volcánicas (figura A).
Textura fanerítica: los minerales, aproximadamente todos del mismo tamaño, son visibles a simple vista. Esta textura nos habla de un enfriamiento lento del magma, lo cual ocurre en zonas profundas. Es propia, por lo tanto, de las rocas plutónicas (figura D).
Textura porfírica: una gran masa de magma localizada a gran profundidad puede necesitar de decenas a miles de años para solidificar. Como no todos los minerales cristalizan a la misma temperatura, es posible que algunos lo hagan de forma bastante grande, mientras otros siguen aún en estado líquido. Si el magma que contiene algunos minerales grandes ya formados asciende, la porción líquida restante de ese magma se enfriará relativamente rápido, ya sea a escasa profundidad o directamente en la superficie. La roca resultante tendrá, entonces, grandes cristales (formados en las zonas profundas) incrustados en una matriz de cristales pequeños. Esta textura, que indica dos velocidades de enfriamiento, se denomina porfírica y es característica de las rocas volcánicas o de rocas plutónicas que se forman muy cerca de la superficie terrestre (figura B).
Textura vítrea: durante algunas erupciones volcánicas la lava es expulsada hacia la atmósfera donde se enfría tan rápidamente que los iones se "congelan" antes de unirse en una estructura cristalina ordenada. Se forma de esta manera un vidrio natural, y la textura resultante se denomina vítrea (figura E).
Textura vesicular: en muchas rocas con textura afanítica pueden observarse los huecos dejados por las burbujas de gas que escapan conforme solidifica el magma. Esas aberturas se denominan vesículas y son más abundantes en la parte superior de una colada de lava donde el enfriamiento se produce lo bastante de prisa como para "congelar" la lava, conservando las aberturas producidas por el escape de los gases (figura C).
Según la composición química del magma que las origina:
Rocas ácidas o félsicas. Ejemplo: granito (plutónica) o riolita (volcánica). Estas rocas presentan colores claros.
Rocas básicas o máficas. Ejemplo: gabro (plutónica) o basalto (volcánica). Estas rocas presentan colores oscuros.
Rocas intermedias. Ejemplo: diorita (plutónica) o andesita (volcánica). Sus colores son intermedios entre claros y oscuros.
Rocas ultrabásicas o ultramáficas. Ejemplo: peridotita (plutónica) o komatita (volcánica). Presentan colores muy oscuros.
- El granito y la riolita se forman a partir del mismo magma, por lo tanto, presentan los mismos minerales y, por consiguiente, los mismos colores (claros). Pero se diferencian por su textura: el granito es una roca plutónica por lo que su textura es fanerítica, mientras que la riolita es volcánica, siendo su textura afanítica.
- El granito y el gabro presentarán la misma textura (fanéritica), ya que ambas rocas son plutónicas, pero se diferencian en que se forman a partir de distintos magmas: ácido en el caso del granito, y básico en el caso del gabro. Tendrán, por lo tanto, distintos minerales y diferente color.
- El granito y el basalto presentan diferentes minerales, colores y textura, ya que se forman a partir de magmas de distinta composición química y en ambientes diferentes.
Típico afloramiento de granito en las Sierras Grandes de Córdoba (Pampa de Achala). Esta roca tiene aproximadamente 400 millones de años de edad. |
Imagen satelital de la Patagonia argentino-chilena del año 2008. Obsérvese el volcán Chaitén en plena actividad, con fuerte emisión de humo y cenizas. |
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