22.2.11

UN BOMBARDEO QUE DURÓ 800 MILLONES DE AÑOS

Una vez que se formaron los planetas rocosos interiores, lo hicieron los planetas gaseosos externos. Fue entonces que numerosos planetesimales que abundaban en esa zona, conteniendo gran cantidad de agua helada, fueron lanzados hacia la nube de Oort (por vientos procedentes del Sol) y hacia el interior del Sistema Solar (por interferencias gravitatorias con los planetas gigantes recién formados).
En este último caso estos cuerpos produjeron un intenso bombardeo sobre los planetas interiores. Esta etapa, que duró unos 800 millones, se conoce como etapa de craterización.
Durante la etapa de craterización habría llegado el agua a la Tierra, en forma de hielo y en el interior de numerosos meteoritos. Otra parte del agua de la Tierra procede de su interior y ha sido expulsada por los volcanes de aquella época en forma de vapor.
Ambas teorías -teoría volcánica y teoría extraterrestre de los meteoritos transportadores de agua- siguen discutiéndose por las escuelas de científicos que toman una u otra posición, aunque lo más razonable es aceptar ambas teorías ya que una complementa a la otra.
También podrían haber arribado a la Tierra en esta etapa cantidades significativas de moléculas orgánicas complejas que se habrían formado en gránulos interestelares, lo que abona la teoría del origen extraterrestre de la vida.

Otra consecuencia de la etapa de craterización parece haber sido la formación de nuestro único satélite natural: la Luna. Hace unos 4500 millones de años, un gran asteroide, de un tamaño similar al de Marte, habría chocado contra la joven Tierra. A raíz de la violenta colisión una gran cantidad de material fue expulsada al espacio donde se formó un anillo alrededor de la Tierra. Con el tiempo, la gravedad hizo que estos fragmentos sueltos se unieran para formar nuestra Luna. El impacto cambió el ángulo del eje de rotación de la Tierra respecto al plano de la órbita, lo que origina las estaciones terrestres a lo largo del año. 

La Luna... el satélite más grande del Sistema Solar en comparación con su planeta. Tanto, que algunos llaman al sistema Tierra-Luna un "planeta doble".
Con una historia temprana activa de bombardeos meteóricos y un final relativamente abrupto de los grandes impactos, la Luna está geológicamente muerta y fosilizada en el tiempo. Desde que finalizó la etapa de craterización, se han formado muy pocos cráteres. Al no tener atmósfera, carece de vida y no hay meteorización ni erosión. Su superficie, por lo tanto, no ha cambiado apreciablemente en casi 3500 millones de años.
 

La geografía lunar: un mundo lleno de cráteres, montañas a las que se puso nombres como Pirineos, Alpes y Cárpatos, valles estrechos y profundos, y enormes llanuras con poéticas denominaciones: mar de las lluvias, mar de las crisis, mar de la tranquilidad, lago del sueño, océano de las tormentas, mar del néctar... 

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